domingo, 26 de junio de 2011

Puerta de Feria para la quietud de Perera



El extremeño corta dos orejas al toro con más posibilidades de una decepcionante corrida de La Palmosilla, en la que Enrique Ponce y “El Fandi” se estrellan con lotes imposibles

Ficha del festejo
Toros de La Palmosilla, correctos de presentación pero faltos de casta y fuerzas.
Enrique Ponce. Ovación en ambos.
“El Fandi”. Oreja y palmas.
Miguel Ángel Perera. Dos orejas y palmas.

Más de media entrada en tarde donde molestó en la lidia el viento de levante.

Un día más tenemos que lamentar el mal juego de los astados lidiados en la plaza de toros de Las Palomas. Mira que la corrida de La Palmosilla había sido seleccionada con esmero por la empresa y por sus propietarios, la familia Núñez, quienes debutaban hoy en su tierra. En cuanto a presentación nada se puede reprochar pero en lo referido a comportamiento, todo. Prácticamente, los seis animales salieron sin fuerzas desde sus primeras arrancadas al capote, cumplieron en varas y se apagaron en el último tercio. Además de casta, a la corrida le faltó clase y algunos, como el cuarto, tuvieron peligro sordo. Si a todo esto le unimos el desagradable viento de levante, y el mal estado del piso de plaza ya tenemos todos los ingredientes que aseguraban el fracaso del espectáculo.

El único acento positivo lo puso Miguel Ángel Perera, que a base de un valor apabullante arrancó las dos orejas al noble colorado lidiado en tercer lugar que, por cierto, también fue protestado debido a su falta de fuerzas. Este toro sí demostró tener buen fondo y permitió sentirse a gusto al extremeño que pisó esos terrenos de cercanía que él tanto frecuenta. Recordando al maestro Paco Ojeda, clavó sus zapatillas en la arena y ligó innumerables redondos y circulares invertidos sin moverse, mientras el público enloquecía ante tal muestra de valor, rubricada con una gran estocada casi entera.



El otro momento de mayor intensidad durante la tarde vino en el tercio de banderillas del segundo, protagonizado por David Fandila “El Fandi”. Volvió a demostrar que es el número uno en banderillas, en esta plaza que tanto se aprecia este tercio. Cuando se olía el triunfo el astado fue perdiendo gas como si de una gaseosa se tratase y todo quedó en un trasteo más voluntarioso que lucido con la muleta. Oreja generosa tras estocada que premiaba las banderillas del granadino. En el quinto nada pudo hacer después de que el animal se lastimara tras un violento golpe contra el burladero. Le faltó sensibilidad al señor presidente, Francisco Ortíz Mejías, que aunque reglamentariamente no tuviera la obligación de devolverlo, sí debió haberlo hecho por respeto al paciente público algecireño. Ante la manifiesta incapacidad física del astado, “El Fandi” no tuvo más remedio que estoquearlo y acabar cuanto antes con tan lamentable situación.

El maestro Enrique Ponce estuvo voluntarioso, como suele ser habitual en él. Se estrelló con un primer toro soso, frente al que logró algunos retazos de mucha plasticidad por el pitón derecho, y con el peor del encierro que fue el cuarto. Un animal desigual en sus embestidas que desarrolló sentido en el último tercio y frente al que el valenciano pasó un mal rato.

Como nota destacable, antes del comienzo del festejo se realizó una vuelta al ruedo protagonizada por coches de caballo, tradición recuperada por el Ayuntamiento después de dieciséis años de ausencia en el coso de Las Palomas.

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