miércoles, 4 de julio de 2012

Talavante, sublime frente a un gran toro de Gavira

Media entrada. Toros de Gavira, bien presentados, nobles y faltos de casta. Destacaron 3º y 6º Juan José Padilla. Ovación en ambos. Salvador Vega. Ovación en ambos. Alejandro Talavante. Oreja y dos orejas. Alejandro Talavante se acaba de proclamar triunfador de la Feria Real de Algeciras 2012, tras cuajar una tarde redonda en Las Palomas. De nuevo, repitiéndose el mismo guión que hace un año, el extremeño frente a un toro de Gavira ha logrado poner broche de oro al ciclo. El animal fue el mejor de un descafeinado encierro. Habanito, así se llamaba, tuvo una gran calidad en sus embestidas pero la casta justa. Alejandro supo entenderlo de principio a fin a la perfección. Primero sin obligarle, dándole tiempo y distancia al de Gavira, para después exigirle, consiguiendo un final de faena de enorme intensidad. Tandas de alto contenido estético, rematadas con largos pases de pecho hasta el hombro contrario, como mandan los cánones. Toreo puro, intercalado con remates personalísimos marca de la casa que hicieron despertar al público del letargo. Unas bernardinas de plantas clavadas en la arena junto a la estocada en el mismo hoyo de las agujas fueron la mejor rúbrica posible. Dos orejas. En el tercero, Talavante también se mostró inteligente ofreciéndole las máximas facilidades al soso astado. Puso la sal que le faltaba luciéndolo en la larga distancia. Vega volvía muy responsabilizado a Las Palomas pero se chocó contra el muro de la mansedumbre. Fue una pena que ninguno de su lote le ayudara. El malagueño tan sólo pudo dejar patente sus ansias de triunfo ante un toro rajado por completo y otro, el quinto, también de embestida cansina. A pesar de ello, Salvador no se aburrió en ningún momento y exprimió hasta la última arrancada de ambos astados. Comparecencia más que digna que deja bien clara su actitud de cambio para recuperar su sitio en el escalafón. La afición algecireña recibió con los brazos abiertos a Juan José Padilla en esta su primera comparecencia en el coso de Las Palomas, después de su trágica cornada en la pasada Feria del Pilar de Zaragoza. El diestro jerezano se las vio, en primer lugar, ante un toro que tuvo unos excelentes comienzos pero que se apagó rápidamente en el último tercio. No obstante, Padilla estuvo a gusto, logrando buenos momentos con la diestra. Ante el manso cuarto de nuevo voluntad del torero, pero poco más. Final feliz escrito por Talavante para la que ha sido una feria con muchos matices. Un ciclo de contrastes, con momentos que permanecerán en la memoria del aficionado y otros que será mejor olvidar.

Puerta de Feria para Cartagena

Un cuarto de entrada. Toros de Fermín Bohórquez. Bien presentados y de buen juego en líneas generales. Destacaron 2º, 5º y 6º. Andy Cartagena (oreja y dos orejas). Diego Ventura (palmas y ovación). Manuel Manzanares (ovación en ambos). Andy Cartagena fue el protagonista de la corrida del arte del rejoneo celebrada anoche en la plaza de toros de Algeciras. El levantino se entretuvo en cortar tres orejas, dentro de una actuación redonda, de gran entrega. Lo mejor llegó en el cuarto, con Pericalvo y Fandy en banderillas, dos de los caballos estrella de su cuadra. Con el primero de ellos, un precioso ejemplar castaño lusitano, encandiló al público de Las Palomas con su peculiar balanceo y girando alrededor del toro con la grupa. También en el mismo tercio, montando a Fandy, llegó el ajuste y la exposición. Cartagena realizó una labor de gran conexión con los tendidos a la que puso la rúbrica con Bisbal. Precioso ejemplar de pelo bayo hispano-luso-árabe, que llegó mucho a la cara del astado para clavar las banderillas cortas y las rosas. Faena de orejas que tuvo un detalle poco torero que faltó el respeto al toro de Bohórquez, cuando el rejoneador le colocó su sombrero de ala ancha en la testuz. En el que abría plaza, Andy Cartagena mostró su excelente dominio de la doma que le hace estar en lo más alto del escalafón. Oreja tras otro certero rejón de muerte. Diego Ventura rayó a un altísimo nivel en sus dos toros, cuajando una extraordinaria faena al quinto. A su primero lo templó a la perfección de salida con la yegua Triana, con la que se ajusó una enormidad. En banderillas comenzó con Pegaso, galopando muy bien de costado por los dos pitones y saliendo de la cara del toro con vistosas piruetas. Con la yegua Milagro, otra de las novedades de su cuadra, subió más todavía el tono de su actuación con dos banderillas al quiebro, la segunda parando al caballo a pocos metros del toro y aguantando muy bien su acometida. Cerró con Remate clavando un gran par a dos manos y tres cortas al violín. Los fallos al matar le privaron de trofeos. Al quinto lo paró con Carbón, un precioso caballo negro que atesora muy buenas cualidades. Con él clavó dos rejones de castigo, al toro de 625 kilos de Bohórquez. Con los rehiletes formó un auténtico lio con Nazarí, y luego con Ordóñez . Destacó en los cites y en la pureza a la hora de clavar. Faena grande que nuevamente el portugués malogró al final. Una verdadera pena porque se le escapó un triunfo importante. Lo mejor de la actuación de Manuel Manzanares llegó en el que cerraba festejo. Paró al toro con su preciosa yegua Estella. Pero donde más destacó el joven rejoneador, hermano de José María Manzanares, fue en el segundo tercio. A pesar del poco tiempo que lleva en la profesión, arriesgó mucho.El rejón de muerte, al igual que le ocurriera a su compañero Ventura, le privó a Manzanares de tocar pelo. Al final, Cartagena se impuso a sus compañeros de cartel y la puerta de Feria se abrió de par en par para que saliera a hombros.

El Fandi indulta de forma injusta un toro de Cuvillo

Más de media entrada. Toros de Núñez del Cuvillo, justos de presentación y de juego desigual. Destacaron 4º y 5º. Morante de la Puebla. Pitos y ovación. David Fandila “El Fandi”. Ovación y dos orejas. José María Manzanares. Silencio y oreja. La plaza de toros de Las Palomas ha sido escenario esta tarde de un hecho insólito, el indulto de un toro que se rajó de forma clara a final de faena. “Pegajoso” -así se llama el animal de la ganadería de Núñez del Cuvillo- cayó en manos del Fandi, que protagonizó un espectáculo lamentable cuando preguntó a la presidencia si entraba a matar. Algo impropio de una figura del toreo, en una feria como la de Algeciras, que avivó la petición del indulto en los tendidos, a la que accedió de forma incomprensible el presidente, Francisco Ortiz Mejías. Todo un despropósito que tiró por tierra el prestigio de la plaza. El astado tuvo calidad y nobleza, pero nada más. Un buen producto como los muchos que hay en la ganadería de Núñez del Cuvillo que El Fandi aprovechó con inteligencia, luciéndolo siempre en la larga distancia y tirando de sus habituales recursos efectistas que tanto gustan a los tendidos de sol. El público encantado con el espectáculo y el torero ofreciendo lo que se demanda de él: banderillas, ganas y alegría. Pero, sin duda, lo mejor de la tarde llegó de la mano de José Antonio Morante de la Puebla en el cuarto. Toro noble pero justo de casta, al igual que toda la corrida, ante el que Morante estuvo muy a gusto desde que se abrió de capa. El público enloqueció con el toreo barroco del de La Puebla, donde se sucedieron muletazos de enorme profundidad por ambos lados y chispazos de enorme torería para rematar cada tanda. El fallo con los aceros fue lo de menos. Fuerte ovación para una faena con olor a romero. José María Manzanares se estrelló con un toro, el tercero, que tuvo poca clase y sacó genio en el último tercio. Tiró de voluntad en una labor de poco relieve. Igual le ocurrió en el que cerraba el festejo, otro astado de comportamiento dulce pero sin transmisión. La faena fue ganando enteros conforme avanzaba y Manzanares logró lo mejor al final con la diestra, lo que le valió para no irse de vacío de su comparecencia en el coso de Las Palomas. Oreja de poco peso tras un bajonazo cuando intentaba matar a recibir a la primera. En tardes como la de hoy uno se pregunta, ¿cómo nos van a respetar desde fuera si nosotros mismos no lo hacemos?

Vega ofrece una gran dimensión en Las Palomas

Menos de un cuarto de entrada. Toros de Fuente Ymbro. Bien presentados y de juego desigual. Destacaron 2º y 3º. Salvador Vega. Dos orejas y ovación. David Galván. Oreja y ovación. Salvador Barberán. Ovación y silencio. Como el Ave Fénix, Salvador Vega ha resurgido esta tarde de sus propias cenizas en el ruedo de Las Palomas. Posiblemente, habrá sido una de las tardes más importantes de su carrera –no por la repercusión de la plaza, que la tiene- sino por la gran dimensión que ha dado frente a un lote muy exigente de Fuente Ymbro. Salvador es consciente de su difícil situación en el escalafón. No podía dejar escapar esta oportunidad en la que ha devuelto la ilusión a los aficionados y, sobre todo, se ha demostrado a él mismo que puede volver al lugar que un día ocupó. Su primero, segundo de la tarde, fue el mejor del encierro. Un toro bravo, de los que piden el carné de matador de toros. Frente a él, Salvador cuajó una actuación simplemente perfecta de principio a fin. Con el capote, el malagueño ya avisó de sus intenciones con unos lances de salida hasta los medios que calaron hondo en el público. Unos doblones de cartel escribieron el prólogo de una faena maciza, en la que la firmeza, el temple y la mano baja fueron la medicina que Vega administró para combatir la casta del animal que hizo honor a su nombre, “Espléndido”. Salvador era consciente de que no podía dejar escapar el triunfo y se tiró a matar con el corazón, logrando una estocada que ponía broche de oro a tan excelente obra. Dos orejas. El cuarto fue otro cantar. Un toro peligroso frente al que Vega no cambió su actitud. Ya durante la lidia el Fuenteymbro hizo pasar el quinario al banderillero Raúl Núñez, y en el último tercio ante la exposición del diestro, llegó la voltereta. Durante unos momentos se mascó la tragedia pero, afortunadamente, Salvador se escapó y siguió jugándosela ante un animal que no lo merecía. Después del triunfo de su compañero de cartel, David Galván salió a por todas con la capa ante “Iluminado”, tercero de la tarde, un precioso cuatreño de pelo castaño, sobrado de calidad en sus embestidas, pero que fue a menos. El de San Fernando, una vez más, demostró que es uno de los elegidos para llegar lejos en esta profesión. Tejió una faena perfectamente hilvanada por ambos pitones. Mejor al principio, cuando optó por la larga distancia, que al final del trasteo con el arrimón. Estocada, y merecida oreja. En su segundo, Galván aprobó con nota alta. El animal tuvo un peligro sordo que mucha gente no vio, y frente al que el joven diestro demostró que tiene verdadero valor, sin concesiones a la galería.

Monje corta la única oreja de la tarde en Las Palomas

Menos de un cuarto de entrada. Novillos de “Miguelín”, bien presentados y faltos de casta, en líneas generales. José Monje. Ovación y oreja. Álvaro Sanlúcar. Ovación en ambos. Antonio Santana. Ovación y palmas. La feria taurina 2012 ha comenzado con mal pie esta tarde en Las Palomas, con un festejo para olvidar, donde el único novillero que consiguió tocar pelo fue el jerezano José Monje. Por lo demás, un ramillete de lances de Álvaro Sanlúcar y la voluntad del debutante, Antonio Santana, se salvaron de la quema. Si ayer destacábamos el excelente juego de los erales de la ganadería de “Miguelín”, veinticuatro horas más tarde tenemos que lamentar la falta de casta de los utreros del mismo hierro. El único que ofreció más posibilidades para el lucimiento fue el cuarto. Astado serio de pitones, con clase en sus embestidas, tampoco muy sobrado de fuerza, y frente al que José Monje dejó patente un toreo elegante. Planteó una faena bien cimentada de principio a fin en la que destacaron las series con la diestra. Un pinchazo precedió a la estocada que le sirvió para cortar la oreja. Frente al que abría plaza, Monje no se terminó de confiar, en una actuación insulsa. Cuando salió el quinto, parecía que el festejo se iba a venir arriba, tras el excelente recibimiento con el percal de Álvaro Sanlúcar. Apenas fueron tres verónicas, pero tuvieron tanto sabor, que dejaron entrever que huele a torero importante. Tras el tercio de varas, volvía a repetirse la historia. El novillo al suelo y pañuelo verde que lo enviaba a los corrales. Quizá la presidencia debió dar tiempo al astado, de gran calidad, para que se recuperara. A partir de ahí, se esfumaron las esperanzas de triunfo y volvió el aburrimiento, con la devolución también del sobrero, que se partió un pitón por la cepa. Por si fuera poco, los bueyes no estaban por la labor y el regreso del animal a los corrales fue interminable. Salió otro soso utrero frente al que poco pudo hacer el sanluqueño, que, en su primero, también destacó con la capa, interpretando un exquisito quite por delantales. Cerraba la terna Antonio Santana que debutaba con picadores. Mejor en el sexto que en el tercero, el malagueño estuvo voluntarioso pero falto de oficio. En definitiva, tarde que no permanecerá en el recuerdo de los aficionados.

jueves, 30 de junio de 2011

Una feria taurina con distintos sabores

Feria con distintos sabores esta que acaba de concluir. Amargo fue el Domingo Rociero para los empresarios de Las Palomas ante tanto cemento, la tarde en la que Salvador Vega retomó su idílica relación con esta plaza y Cayetano dio un nuevo paso hacia su divorcio definitivo con ella. Decía que si Curro y José Luis se llevaron un mal sabor de boca en lo económico, a Salvador –permítanme la rima- todo le salió a pedir de boca ante el lote más dulce de una descafeinada corrida de Algarra.

El jueves, de nuevo amargor en el paladar del aficionado algecireño después de tres horas de infumable espectáculo, tan sólo salvado por un novillero de San Fernando apellidado Galván y que huele a torero grande. El viernes el público se sació en el retorno de la nocturna de rejones, donde los chef Pablo Hermoso y Ventura volvieron a deleitar, el primero con su receta tradicional y el segundo apostando por un toreo a caballo más vanguardista.

Ya el sábado, a Ponce se le pasó el arroz ante los dos toros más picantes de La Palmosilla; “El Fandi” sólo se quedó en el aperitivo de las banderillas y Perera consiguió un buen guiso con los pocos “avíos” que le ofreció el tercero de la tarde. Y el plato fuerte llegó el domingo último. Tarde en la que Morante volvió a no cogerle el punto a esta plaza, Manzanares consiguió ponerle la sal a su soso primer Gavira y Talavante deleitó a los paladares más exigentes con una actuación de cinco tenedores.

A pesar de ello, queda un regusto agridulce. Quizás para la próxima feria haya que plantearse introducir nuevos ingredientes en aspectos como el ganado, el horario de los espectáculos o las combinaciones de toreros. Estaría bien apostar por jóvenes valores quizás no tan cotizados como las figuras, pero que, visto lo visto, llevarían el mismo público a la plaza y mejorarían el resultado de la receta taurina en Algeciras que pide a voces un cambio.

Vega, triunfador de la Feria 2011


El diestro malagueño Salvador Vega ha sido el triunfador de la feria taurina de este año, después de ser proclamado como tal por el jurado de los premios que cada año concede el Ayuntamiento de Algeciras una vez finalizado el abono. La comisión deliberadora, presidida por la teniente de alcalde y delegada de Feria y Fiestas, Juana Cid, se reunió anoche tras la finalización del último festejo para conceder los galardones.
El jurado, formado por los vocales Francisco Gallardo León, Juan Álvarez González, Manuel Campuzano Gómez, Fernando Gutiérrez Arias, Enrique Aparicio Ruiz, María Cerillo Santos y Manuel Luque Molina, actuando como secretario el funcionario municipal José Arroyo Martínez, otorga los trofeos “Palma de Oro” y “Miguel Mateo Miguelín” después de que Vega cortase tres orejas y saliese por la Puerta de Feria en el primer festejo del cartel de este año, celebrado el domingo 19.
Otro galardón, concretamente al correspondiente al mejor peón de brega y que lleva por nombre “Salvador Mateo”, ha sido para Juan José Trujillo, de la cuadrilla de José María Manzanares, por su brega al toro “Navegante”, con número 78 y de 481 kilos de peso, lidiado en segundo lugar en la corrida de ayer domingo.
Por su parte, el trofeo “Hermanos Ramos Sigüenza” al mejor picador ha sido concedido al varilarguero Francisco Doblado Díaz, de la cuadrilla del matador extremeño Miguel Ángel Perera, por su pica al toro “Cuentista”, marcado con el número 51 y de 548 kilos de peso, lidiado en sexto lugar en la corrida del sábado 25.
Asimismo, el trofeo “Antonio Duarte El Pota” al mejor par de banderillas de plata, recae este año en Curro Javier Amores, de la cuadrilla de José María Manzanares, por su brega al toro “Navegante”, con número 78 y de 481 kilos de peso, lidiado en segundo lugar en la corrida de ayer domingo.
Por último, el galardón al mejor novillero de los que han hecho este año el paseíllo en la feria taurina algecireña ha sido para el isleño David Galván.
En lo que respecta a los trofeos “Victoriano de la Serna” a la faena más artística, “Rafael Ortega” a la mejor estocada, “Don Fernando Ramos Argüelles” al quite más providencial, y al toro más bravo, han quedado desiertos en la presente edición.