Apenas tres horas antes de hacer el paseíllo en el ruedo de Las Palomas, el maestro valenciano Enrique Ponce ha atendido con la sencillez y amabilidad que le caracteriza al periodista Javier Gil Belmonte, en una entrevista concedida en exclusiva. Confiesa que esta temporada en la que conmemora el veinte aniversario de su alternativa está siendo muy especial para él. Un año en el que ha optado por ser más selectivo en sus comparecencias y donde intenta saborear al máximo su posición privilegiada en el toreo.
En esta tierra Enrique Ponce ha logrado faenas que perduran en el recuerdo de los aficionados, como aquella al bautizado como "toro del viento", un sobrero de los herederos de Manuel Álvarez al que cortó las dos orejas sobreponiéndose al fuerte levante que soplaba. Esta y otras tardes en Las Palomas están muy presentes en la mente del maestro que se muestra bastante ilusionado ante su actuación en Algeciras: "Es una plaza a la que vengo muy a gusto, debido a que son muchos años los que llevo viniendo y siempre he sentido el respeto y el cariño de esta afición". En tardes como la de hoy, el maestro actúa con toreros más jóvenes que él, "algo que es bonito", afirma Enrique, "porque uno siente el respeto de ellos hacia ti y eso te hace estar a gusto. En muchas ocasiones actúo con matadores que cuando aún no habían nacido, yo ya estaba delante del toro".Desde que tomara la alternativa el 16 de marzo de 1990, el de Chiva ha estoqueado más de 2.000 toros, conquistando todas las plazas del mundo, consagrándose como uno de los mejores matadores que ha dado la historia del toreo reciente. Dicen que ser figura del toreo es un milagro que sólo consiguen muy pocos. Sobre este asunto, Enrique Ponce sostiene que las claves de su éxito han sido, "además de las dotes que Dios te da, la superación diaria, no estancarte. Para ello, es fundamental tener una afición desmedida, amar tu profesión y dedicarle todo el tiempo que exige". Habiéndolo conseguido prácticamente todo afirma que sigue vistiéndose de luces “motivado, principalmente, por la superación personal y por la satisfacción que me aporta cuajar una faena a gusto”. No obstante, sabe que el final de su carrera se aproxima, "tarde o temprano tiene que ser el momento de decir adiós aunque ahora mismo no pienso. Estoy en el mejor momento artístico de mi vida y no me planteo una retirada inminente, aunque soy consciente de que son muchos años, muchas corridas lidiadas y la familia también cuenta bastante".
Por el bien de la Fiesta, esperemos dicha decisión llegue dentro de bastante tiempo ya que la tauromaquia de Ponce parece no tocar techo. Al maestro no hay toro que se le resista, sea cual sea su encaste o condición, su toreo se aquilata con el paso de los años logrando el gran mérito de hacer fácil algo tan heroico como es jugarse la vida delante de un animal bravo.
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